miércoles, 18 de junio de 2008

24 x 7

Muchos sistemas de software se parecen a gigantes elefantes grises, pesados y enloquecidos. De un tamaño desproporcionado, muchas veces casi imposible poder distinguir sus partes, pesados por la dificultad para hacerles modificaciones y enloquecidos una vez que se produce una falla es arduo poder detener sus consecuencias.

El modelo de desarrollo de estos gigantes del software es el llamado “24 x 7”, se contratan algunos cientos de arquitectos, diseñadores y programadores, en grupos físicos de 20 personas como mínimo, alojamiento en la propia zona de trabajo, jornadas laborales de 14 horas y se les exige disponibilidad total en caso de urgencias.

Los sistemas son tan enormes que es 99,999999% probable que nunca colapsen en su totalidad, y cuando falla la totalidad de un componente, cualquiera sea, el porcentaje de daños está por debajo de la unidad. Solucionar una falla puede llevar cientos de horas hombre debido a la inmensa maraña de código en ejecución y datos que hay que analizar. Muchas fallas pueden permanecer años sin resolverse, y como medida paliativa se escribe un pieza de software que haga exactamente lo mismo que la característica dañada, y se acopla la nueva pieza en tiempo de ejecución.

así, muchos sistemas pasan a ser un gran elefante deforme con miles de injertos artificiales que lo mantienen con vida.

Su arquitectura es elegante, una mezcla de ingeniería y arte, el sistema está divido en componentes, donde cada componente es una pieza independiente y se la puede aislar, prohibir su acceso, inspeccionar y modificar mientras el sistema está funcionando. No puede haber ni un segundo de suspensión de la actividad, lo contrario significa una perdida de millones de dólares y vidas humanas. Todavía se recuerda la catástrofe del avión que cayó en una ciudad por un falla en el software de navegación.

Las entidades bancarias van a la quiebra cuando sus sistemas finalizan su ciclo de vida, software con tantas fallas acumuladas que es imposible mantenerlo, ese software que controla el capital mas importante de los bancos: la información.

Cuando perteneces a un proyecto gigante, con urgencias cada DIA y miles de componentes encastrados al sistema, tu único deseo es largarte de esa prisión, irte bien lejos de todo lo que conoces y no escribir nunca mas una línea de código, ni siquiera un “Hola Mundo.” en pseudocódigo. Quizá no eres la persona indicada para el trabajo, o quizás la arquitectura está mal diseñada pero en ti y tus compañeros recae la implementación, lo que si es cierto es que ya estás harto. Pero ya no es tan fácil irse, tu cerebro contiene información importante del sistema que nadie mas conoce, y que obtenerla partiendo desde 0 costaría muchísimas horas de trabajo y miles de dólares, por eso es que nadie dejará que te vayas, ni tus compañeros y mucho menos tus jefes.

Todos las zonas de trabajo de los proyectos “24 x 7” se parecen a campos de concentración de última moda; miles de cámaras y micrófonos escondidos, guardias de seguridad por todos lados, y sociólogos, psicólogos y psiquiatras analizando a todos los empleados.

Allí no puedes renunciar, no hay forma, estás totalmente dependiente de tu zona de trabajo, tus conocidos, y de todas las necesidades artificiales. Lo único que puedes hacer es esperar a un ataque de locura que te haga salir corriendo para nunca mas volver a nada parecido.

Es una vida gris y esclavizada, donde todo tu mundo se reduce a la empresa para la que trabajas, todo te lo da tu empresa, el alojamiento, el ocio, la comida y los canales de tv y películas. Es un mundo reducido, artificial.

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